sábado, 4 de octubre de 2008

Desmontando a Perry

"Ahora me habéis enseñado muchas cosas, y os estoy muy agradecido... para mí es un personaje muy interesante; es un tío que no sabe funcionar en la vida y que sólo funciona en el arte y es un poco triste, y en cierto modo divertido". - Harry y los seres de su novela, es decir, él, él y más él. Pero diantre, Woody, eso tiene más sentido de lo normal.

Sé que Woody Allen puede provocar dentera y hasta rechazo, mero rechazo físico, el mismo que uno siente al ver un leproso o un geranio carcomido por orugas, y la coral en apariencia y monopolizada de facto Desmontando a Harry, pese a la devota reacción del sector gafapasta, tiene todos los votos para entrar en el club de películas odiadas. No lo dudo. No creo que sea el mejor film de Allen, tan obseso y egocéntrico como siempre, pero los diálogos (o monólogos) son geniales. En el cierre de la película, con Harry escribiendo la obra que de sentido a toda su vida y a todo lo pasado, narra el esbozo de la misma, tras dialogar con los personajes de sus novelas, de dialogar con él mismo. "Riffkin llevaba una fragmentada e inconexa existencia. Hacía tiempo que había llegado a esta conclusión: todo el mundo conoce la misma verdad, nuestra vida depende de cómo elegimos distorsionarla. Sólo tuvo serenidad al escribir. El escribir, en más de un aspecto, le había salvado la vida." De alguna manera soy Harry, entre otras cosas porque necesito escribir. Mucho más atractivo, esbelto y saludable, pero un Harry, rayos, y me temo que el blog durante unos meses tendrá altibajos creativos por el draconiano horario de tarde y unas mañanas de estudio y... bici. O mis abductores o el blog, no ha sido una decisión fácil. Este curso es el peor de lejos y este semestre el peor del curso, por lo que, si bien la continuidad es segura, desapareceré de manera intermitente, al menos hasta que consiga mi objetivo: encandilar a una rica hacendada y ser su hombre objeto, haciendo hijos y post hasta el fin de los tiempos. Creédme, he visto cosas más raras, estadísticamente no es tan improbable. Sobre el aprendizaje y el estudio... nunca he creído en ello y siempre he sido un vago académico, pasando cursos y cursos para cumplir expediente, pero no queda otra, ya seré ciclista profesional en otra vida; no es más que un trámite más caro de lo normal y lo lógico para otro título que da una serie de derechos en el brumoso mundo laboral.